El aval solidario es una figura legal en la cual una persona, llamada avalista solidario, se compromete a pagar una deuda en caso de que el deudor principal no lo haga. Este tipo de aval se utiliza comúnmente en préstamos personales, hipotecas y otras obligaciones financieras en las que el prestamista busca una garantía adicional para asegurarse de que se pagará la deuda.
Los avales también pueden llamarse “fianza”, “afianzamiento” o “garantía personal”.
El avalista solidario tiene la responsabilidad de cumplir con el pago de la deuda de manera inmediata si el deudor incumple.
No existe la posibilidad de solicitar al acreedor que espere a que el deudor pague, lo que significa que el avalista se ve expuesto al riesgo de ser embargado o demandado si la deuda no se paga.
En un aval solidario, tanto el deudor como el avalista solidario son responsables de la deuda desde el primer momento. Esto significa que el acreedor tiene la libertad de dirigirse tanto al deudor principal como al avalista sin necesidad de seguir un orden específico.
Esta es una diferencia importante con respecto a otro tipo de avales, donde se prioriza al deudor antes de recurrir al avalista.
La diferencia clave entre un avalista simple y un avalista solidario radica en el nivel de responsabilidad y el orden en el que el acreedor puede reclamar el pago de la deuda.
En resumen, el avalista normal actúa como una garantía secundaria, mientras que el avalista solidario asume la misma responsabilidad que el deudor, exponiéndose a reclamaciones directas e inmediatas por parte del acreedor.
Los avalistas solidarios asumen el mismo nivel de riesgo que el deudor principal. Esto incluye la posibilidad de ser demandados, embargados o ver afectado su historial crediticio en caso de que no puedan hacer frente a la deuda.
Es crucial que cualquier persona que esté considerando ser avalista comprenda completamente las implicaciones legales y financieras antes de firmar un contrato. Si el riesgo de que el avalado no pague la deuda es alto, lo más sensato sería sugerirle optar por un préstamo sin aval.
Cuando el deudor principal incumple con el pago, el avalista solidario puede verse obligado a pagar la deuda. Sin embargo, existen algunas acciones que puede emprender para proteger sus intereses:
Las empresas de recobro, también conocidas como agencias de recuperación de deudas, son organizaciones especializadas en la recuperación de deudas no pagadas. Cuando un individuo o una empresa incumple con sus obligaciones financieras y no paga un crédito, factura u otra deuda en el plazo estipulado, el acreedor puede recurrir a los servicios de una empresa de recobro para que actúe en su nombre y recupere el dinero adeudado. Es decir, una empresa de recobro es un intermediario entre el acreedor y el deudor que defiende los intereses del primero.
Los intermediarios de préstamos online operan de manera bastante similar a sus contrapartes físicas, pero con la ventaja de la comodidad y la velocidad que proporciona internet. Existen dos tipos principales de intermediarios online:
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