Inclusión financiera en España: ¿cómo estamos realmente?

Inclusión financiera en España

En un país donde la digitalización avanza a gran velocidad, la inclusión financiera sigue siendo un tema clave. Más allá del número de oficinas bancarias, lo verdaderamente relevante es que todas las personas —independientemente de su lugar de residencia, edad o nivel de digitalización— tengan acceso a servicios financieros esenciales, ya sea de forma presencial o digital.

A continuación, apoyándonos en datos del Observatorio de Inclusión Financiera analizamos el estado actual de la inclusión financiera en España, desde la cobertura territorial hasta el uso de la banca online, pasando por la evolución de las oficinas y cajeros.

Una red de oficinas en constante reducción

La red de oficinas bancarias en España ha vivido una transformación profunda desde la crisis de 2008. Ese año, el país contaba con 45.707 oficinas de entidades de depósito. Para diciembre de 2024, la cifra se había reducido a 17.379, lo que representa un recorte del 62% en poco más de 15 años.

Tan solo entre 2023 y 2024, el número de oficinas bajó de 17.603 a 17.379, manteniendo una tendencia descendente que afecta principalmente a zonas rurales y municipios pequeños. La Comunidad de Madrid, por ejemplo, fue una de las regiones más afectadas en términos relativos, con una reducción del 3,2% (62 oficinas menos en un año).

Oficinas y cajeros: ¿hay suficiente cobertura?

Con una población de más de 49 millones de habitantes, España cuenta con:

  • 17.411 oficinas bancarias, lo que equivale a 1 oficina por cada 2.824 personas.
  • 30.569 cajeros automáticos en oficinas y 3.702 cajeros desplazados, es decir, un total de 34.271 cajeros, lo que supone 1 cajero por cada 1.433 personas.

A pesar de la disminución de sucursales, la densidad de puntos de acceso sigue siendo significativa. En diciembre de 2024, había 83.124 puntos de acceso presencial a servicios bancarios y al efectivo, incluyendo oficinas, cajeros, agentes financieros y otros canales físicos.

¿Qué porcentaje de la población está realmente excluida?

Según los datos del Observatorio de Inclusión Financiera, 335.508 personas en España viven en municipios sin ningún punto de acceso presencial a servicios bancarios. Esto representa un 0,69% de la población total, una cifra baja en términos absolutos, pero que esconde realidades muy diferentes según la región.

Las comunidades más afectadas por esta exclusión geográfica son:

  • Castilla y León: 7,05%
  • Navarra: 4,83%
  • Aragón: 2,50%
  • Castilla-La Mancha: 1,79%

En contraste, regiones como Illes Balears, Canarias, Madrid, Murcia y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla tienen un porcentaje de población sin acceso físico cercano o igual al 0%.

Además, aunque estas cifras no tienen en cuenta la red de cajeros de operadores no bancarios, se destaca que en varias zonas rurales esta red suple parte de la cobertura, permitiendo el acceso al efectivo incluso en municipios donde ya no existen oficinas tradicionales.

El crecimiento de la banca online: ¿inclusión digital al alza?

La otra cara de la inclusión financiera es el acceso digital. ¿Qué porcentaje de los españoles utiliza la banca online? Según los últimos datos disponibles, el 69,6% de las personas entre 16 y 74 años en España ha utilizado banca por internet o a través del móvil.

Las comunidades con mayor uso de servicios financieros digitales son:

  • Melilla: 80,1%
  • Illes Balears: 76,2%
  • Madrid: 76,0%
  • Cataluña: 74,4%
  • Navarra: 73,2%

En el otro extremo, Castilla-La Mancha, Extremadura, Ceuta y La Rioja registran los porcentajes más bajos, todos por debajo del 63%.

Estas cifras reflejan un avance en la adopción digital, pero también alertan sobre las brechas aún existentes. No todos los ciudadanos están familiarizados con el entorno digital, y factores como la edad, la falta de conectividad o la desconfianza siguen siendo barreras para una parte significativa de la población.

¿Cómo equilibrar lo físico y lo digital?

Fomentar el uso de la banca online no debe implicar el abandono de los canales presenciales, sino servir como una vía para ampliar el abanico de posibilidades del consumidor.

La digitalización abre la puerta a más competencia, a mejores condiciones y a una mayor capacidad de elección, ya que permite acceder a servicios que muchas veces no están disponibles en la banca tradicional. En este sentido, avanzar hacia una mayor alfabetización financiera y digital es tan importante como mantener puntos de atención física en todo el territorio.