¿Vivienda con mala etiqueta energética? Prepárate para peores condiciones de crédito

¿Vivienda con mala etiqueta energética? Prepárate para peores condiciones de crédito
Equipo Kreditium Publicado 31/7/2025

Durante los meses de abril a junio de 2025, el crédito en España dio señales de freno. Mientras los bancos optaban por mantener casi sin cambios sus políticas de concesión de préstamos, la demanda comenzó a perder fuerza, dejando atrás el ritmo de crecimiento que había caracterizado los últimos trimestres.

Según datos del Banco de España, los criterios aplicados para autorizar créditos a empresas y a particulares con fines hipotecarios se mantuvieron estables, en línea con lo que las entidades ya anticipaban. Sin embargo, en los préstamos al consumo, se percibió un leve endurecimiento. Detrás de esta medida, los bancos señalan una mayor percepción de riesgo y una menor disposición a asumirlo, una señal de prudencia en un contexto económico aún incierto.

En el caso de los préstamos al consumo y otros fines personales, sí se detectó un leve endurecimiento, motivado por un aumento del riesgo percibido y una actitud más prudente por parte de algunas entidades.

Por otro lado, las condiciones generales de los créditos tampoco dieron grandes sorpresas. Las hipotecas y los préstamos personales conservaron sus términos, pero en el segmento empresarial, se registró una ligera relajación: tipos de interés algo más bajos y márgenes más ajustados, impulsados por la presión competitiva entre entidades.

Eso sí, no todo fue alivio: los préstamos catalogados como más arriesgados —sobre todo en el crédito al consumo— vieron cómo sus condiciones se endurecían, reflejando el doble filo con el que operan los bancos en tiempos de incertidumbre.

La demanda de financiación se enfría tras un año de expansión

La racha alcista que venía marcando la demanda de crédito se detuvo en seco en el segundo trimestre. Tras cuatro periodos consecutivos de crecimiento, tanto empresas como hogares comenzaron a frenar sus solicitudes de financiación. Una pausa que descolocó ligeramente a los bancos, que esperaban un avance —aunque moderado— en ambos segmentos.

En el caso de los préstamos hipotecarios, el movimiento fue algo más positivo, pero sin grandes titulares: sí aumentaron las solicitudes, pero a un ritmo más lento que el observado a principios de año. Esta evolución, sin embargo, estaba dentro del margen previsto por las entidades. ¿La explicación? Tipos de interés algo más bajos, mayor confianza del consumidor y una lectura más optimista del mercado inmobiliario fueron los catalizadores detrás de este tímido avance.

¿Qué anticipan los bancos para el verano?

De cara al tercer trimestre, las entidades financieras bajan aún más el tono de sus expectativas. Predicen una continuidad en la estabilidad de criterios y condiciones, sin grandes sobresaltos, aunque reconocen una posible contracción en la demanda de financiación por parte de las empresas. Una previsión más contenida que refleja un giro hacia una postura claramente conservadora, tras el tropiezo en las estimaciones del trimestre anterior.

Pero con una economía aún expuesta a riesgos —desde el contexto internacional hasta la evolución del empleo y la inflación—, estas previsiones podrían volver a quedarse cortas o desviarse con facilidad.

La sostenibilidad entra de lleno en la política crediticia

Un factor que ha ganado peso silenciosamente en la política de concesión de préstamos es la sostenibilidad. Los datos del Banco de España muestran que las viviendas con baja eficiencia energética están siendo penalizadas: tipos de interés más altos, condiciones más estrictas y menor disposición de los bancos a financiar este tipo de activos.

En sentido contrario, las hipotecas verdes ganan terreno. Las entidades no solo están ofreciendo condiciones más atractivas para viviendas con alto rendimiento energético, sino que están viendo crecer la demanda de este tipo de crédito. ¿Las razones? Desde el deseo de ahorrar en facturas hasta la búsqueda de incentivos financieros, pasando por un mayor interés por reducir el impacto ambiental de la vivienda.

Endurecimiento silencioso: los riesgos que acechan al crédito

A todo esto se suma un endurecimiento progresivo que no siempre es visible a simple vista. Los bancos están empezando a aplicar condiciones más duras especialmente en el crédito al consumo, y anticipan que esta tendencia se extenderá también a hipotecas y financiación empresarial en los próximos meses. ¿El motivo? Aumentos en los costes de financiación, regulaciones más exigentes y una creciente preocupación por la calidad crediticia de los solicitantes.

La mayor sensibilidad al riesgo detectada en el crédito al consumo puede ser un termómetro de los temores bancarios ante un posible repunte de la morosidad, especialmente en un escenario donde el ahorro de los hogares empieza a diluirse tras años de inflación acumulada.

En resumen, el crédito no se ha cerrado, pero tampoco fluye con la libertad de otros tiempos. Y para quien necesite financiación, la letra pequeña cuenta cada vez más.

Equipo Kreditium

Actualizado a 31/7/2025

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